13 Ago Bajo la arena
Otra experiencia nos espera en Baeza. Teatro en la plaza de toros. No me resisto a hacer un chiste fácil, plaza de todos. La barraca, el teatro en la arena, vertical y horizontal, el pueblo-cante, tradición culta-canto, conviviendo en un entorno circular donde todos estaremos sin esquinas. Con mascarillas, claro, y su gel hidro alcohólico y su olé, y su sabor a tantos ritos, lugar de tragedia en estado puro, duende y jondo sin nada pintoresco, nada folklórico, nada flamenco. Allí donde la muerte, tantas veces llamó a la belleza para que le echase una mano con el relato tremendo de la sangre. Bodas de sangre sin grito de terror, los contendientes conocen su destino y no hay marcha atrás. Tentau estoy de meterme en Sanchez Mejías, quien vivió su ultima plaza en Madrid empujau por el destino, y «sombras le avisaron que no se fuese». No se fue atrás y toreó presintiendo su final. En esta enfermería no quiero morirme, vino a decir a las cinco de la tarde. Había que enfrentarse a la puerta oscura y lo hizo como personaje trágico que es todo torero de raza, lo mato «Granadino», un «toro solo, corazón arriba». Lorca dijo que esa corrida era un suicidio, pero luego supo que no podía ser de otra manera, a las cinco de la tarde, «muertemuerte»
Allí hablaremos, como siempre, de esta danza; amor y muerte y quizá algo tenga que decir el espacio. Como no? Y la «hente», cada vez más, participa activamente. En redondo Baeza, cuento las horas. Día 28 de agosto, noche de estrellas.
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